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La Europa de los derechos gana relevancia

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Septiembre 2023 / 116
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Saludo fascista

Los avances de la extrema derecha, que ya participa en cuatro Gobiernos de la Unión Europea (Polonia, Hungría, Italia y Finlandia) y apoya al Ejecutivo de Suecia, constituyen una amenaza para el Estado de derecho y los derechos humanos. La preocupación crece tras el progreso de los ultras en el mayor país de la Unión, donde Alternativa para Alemania (AfD) ha vencido en un distrito del estado de Turingia. Los sondeos le otorgan más del 20% de los votos  en el conjunto del país.

A primera vista, la atención se fija en las consecuencias de esta deriva en las elecciones al Parlamento Europeo de junio próximo y en el nombramiento de la presidencia de la Comisión. Las encuestas apuntan a un avance de las dos formaciones de extrema derecha: Identidad y Democracia (Le Pen, Salvini y AfD) y Conservadores y Reformistas (Meloni, los polacos de Ley y Justicia y Vox). Ursula von der Leyen, actual presidenta del Ejecutivo comunitario y dirigente del Partido Popular Europeo, aún no ha decidido si intentará seguir en el cargo ante las maniobras de su compatriota Manfred Weber, que busca un acuerdo con la extrema derecha para hacerse con el puesto. 

El hundimiento de Vox en España y las posibilidades de un gobierno progresista encabezado por Pedro Sánchez han sido un claro punto de inflexión al continuado ascenso de los euroescépticos.
 

Los desafíos de la Unión son, sin embargo, de mayor calado. Los propósitos fundacionales de asegurar la paz y promover el respeto a la dignidad humana, la democracia y los derechos humanos son más valiosos que nunca. La inspiración de estos valores ha permitido adoptar medidas decisivas ante la crisis climática, la pandemia sanitaria y la guerra de Ucrania. Pero, en otros campos, como la debacle financiera y de deuda y la crisis de los refugiados, se han evidenciado las deficiencias y los límites de la solidaridad europea.

Cambios geoestratégicos

Estas carencias se acrecientan por la acelerada velocidad de los cambios geoestratégicos, demográficos y económicos en el mundo. Los hechos son elocuentes. Entre las 100 compañías más grandes del mundo hay 62 radicadas en EE UU; 10 pertenecen a China y otras tantas tienen su sede en la UE. El mercado interior europeo es cada vez más pequeño en el ámbito global.

Desde una perspectiva demográfica, los cambios más trascendentes se registran en África. Sus actuales 1.300 millones de habitantes se convertirán en 4.200 millones en 2100, según Naciones Unidas. Más relevante aún es la orientación de los nuevos Estados africanos, que han pasado de antiguas colonias europeas, con toda su historia de opresión, a unas intensas relaciones con China.
 

La pasada cumbre en Johanesburgo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) es un ejemplo de la trascendencia de los cambios globales. Bajo el liderazgo de Pekín, el grupo acordó la incorporación seis nuevos estados (Arabia Saudí, Argentina, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Irán y Etiopía). Con la ampliación, los BRICS representan el 46% de la población mundial y el 37% del PIB. Es un grupo heterogéneo que comparte justificadas críticas por el ninguneo del FMI y del Consejo de Seguridad de la ONU, pero que ignora los derechos humanos. Europa todavía es el mayor socio comercial de África y el mayor proveedor de inversiones extranjeras y de ayuda al desarrollo. Pero el modelo se agota.

Aspirantes al club

Esta acelerada transformación del mundo con sus nuevos poderes exige un replanteamiento de la perspectiva europea. La Unión sigue siendo un espacio de referencia para muchos ciudadanos que la integran por los derechos que defiende. Muchos Estados aspiran incorporarse al club (Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Moldavia, Montenegro, Serbia, Turquía y Ucrania). Otros países como los de la Unión Africana y América Latina y el Caribe, toman la UE como referente en muchos terrenos.

La realidad es que la UE puede servir de modelo en ámbitos como el medio ambiente, los servicios digitales, el estado de bienestar y los derechos de los consumidores. No es una defensa retórica. La Comisión Europea y el Tribunal de Justicia sancionan los incumplimientos. No es casual que cada vez más estadounidenses vengan a vivir a Europa. Desde esta amplia perspectiva, es necesaria más contundencia con los Gobiernos de Hungría y Polonia por las violaciones del Estado de derecho que agravian a sus propios ciudadanos. La Europa de los derechos gana relevancia.