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El año 2023 visto desde la Economía del Bien Común

Las debilidades de nuestro modelo económico provocan una concentración de la riqueza y un aumento de la desigualdad y la precariedad

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Mayo 2024 / 124
Ropa tendida

Ilustración
Pedro Strukelj

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La Economía del Bien Común, como su nombre indica, busca reorientar la economía hacia el servicio de las personas y el planeta. Por eso resulta necesario revisar los resultados de los grandes actores económicos, con el fin de asegurar que favorezcan al mayor número de beneficiarios posibles, ya que si esto se produce, dinamiza la economía y tiene un efecto redistributivo que permite velar por la justicia social.

Analicemos, pues, los resultados de 2023, un año en que los datos macroeconómicos básicos han sido bastante positivos: crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 2,5%, una inflación del 3,2%, un porcentaje de paro del 11,8% y unas cotizaciones récord a la Seguridad Social. ¿Qué hay detrás de todos estos indicadores, si bajamos al detalle, por agentes económicos?

La banca

En 2023 la banca volvió a presentar resultados récord, ya que aumentó sus beneficios en un 25,5% respecto a 2022. El impuesto a la banca sobre las ganancias en 2022 fue de unos 1.000 millones de euros, lo que supone alrededor del 5% de sus beneficios. El de 2023 aumentará a unos 1.300 millones.

Ante esta circunstancia, la Economía del Bien Común quiere señalar, por una parte, que el rescate al sector financiero, nunca devuelto, ascendió a 65.000 millones de euros. Los beneficios acumulados en los tres últimos años superan ya esta cifra.

¿Y cuál es la contribución de la banca al bien común? ¿Es suficiente el  impuesto sobre sus beneficios? La banca actual es resultado de un proceso de reestructuración en el que perdimos las cajas de ahorros, entidades sin ánimo de lucro con finalidad social. Todo llama a que la banca aumente su inversión social como una forma de devolver lo recibido. Consultados los estados de información no financiera de Santander y BBVA, la inversión en la comunidad de estas entidades se sitúa en el 2% de su beneficio. La situación de Caixabank en relación con la Fundación es bastante diferente, pues el presupuesto de la obra social supone el 17% con relación al beneficio de la entidad bancaria. ¿Cuál sería el porcentaje de inversión en la comunidad aceptable en términos de justicia social? ¿Tal vez el 5%? Entonces la banca debería invertir el 5% en el Estado más un 5% de inversión social directa. ¡Cuánta razón tenía la antigua costumbre del diezmo!

El sector primario: agricultura y ganadería

Nos dicen que la renta agraria se incrementó en 2023, pero que la renta real (descontada la inflación) está el 4,5% por debajo del nivel de 1990. La reflexión desde la Economía del Bien Común remarca la importancia de lo que se está produciendo a nivel de toda Europa: una gran distancia entre la realidad del sector y los legisladores. No se gobierna para el bien común. Si a los datos globales del sector aplicáramos una distinción entre grandes y pequeños productores, veríamos cómo para estos últimos la situación resulta insostenible. Lo que está en nuestras manos es apoyar el consumo de proximidad y de temporada, haciéndolo saber a nuestros proveedores de alimentos.

El Estado

Los datos macroeconómicos son buenos en cuanto a crecimiento . El PIB español avanzó el 2,5%, liderando el crecimiento de la eurozona, que globalmente fue del 0,6%, con Alemania en contracción de -0,3% y Francia con el 0,9%. Ahora bien, ¿cómo se financia este crecimiento? En buena parte, con cargo al déficit. El desequilibrio presupuestario asciendió a unos 53.000 millones. Esto lo sabe muy bien la Unión Europea, que nos ha aportado 37.000 millones en fondos EU Next Generation. La deuda pública se situó en el 107,7% del PIB, y el déficit, en el 3,66%.

La Economía del Bien Común quiere aquí remarcar que hace más de 10 años que el Estado sigue atrapado en la deuda que proviene de la crisis financiera de 2008. Aunque la recaudación de Hacienda vuelva a ser la más alta de la historia, para reducir el déficit al 3% que requiere la UE para este año, el Estado tendrá que recortar las ayudas o subir impuestos, con lo que ya vemos que impactará negativamente en el conjunto. Por otro lado, la recepción de fondos europeos está condicionada a la aplicación de determinadas políticas que pueden no ser las que más nos convienen.

Hogares, trabajadores, pymes y autónomos

El año pasado, los costes salariales aumentaron el 4,8%, por encima de la inflación.

A finales de 2023, el consumo de los hogares españoles recuperó el nivel previo a la pandemia. Al cierre del año, había 3,3 millones de autónomos, 16.000 más que el año anterior. El indicador CEPYME sobre la situación del sector nos dice que las pequeñas y medianas empresas (pymes) alcanzaron cifras récord de empleados, al haberse superado los nueve millones.

La Economía del Bien Común quiere ir más allá de los titulares que, aunque ciertos, esconden un gran esfuerzo y un incremento de la desigualdad. Profundizando en el consumo de los hogares, un informe del Banco de España nos explica que más crédito y pluriempleo han sido las vías para amortiguar el impacto del incremento de los precios sobre el consumo. El esfuerzo de aumentar las horas de trabajo ha recaído en jóvenes, mujeres, personas de nivel educativo bajo y quienes viven en régimen de alquiler: claramente, en los colectivos vulnerables.

Grandes empresas y rentas de capital

Las grandes empresas con poder de mercado han registrado beneficios históricos en los dos últimos años, y nos dicen que han aumentado sus márgenes de explotación y, por tanto, que han rentabilizado su estructura de costes. Las rentas del capital, que siempre son más elevadas que las del trabajo, se han beneficiado extraordinariamente del comportamiento de los mercados financieros. El IBEX 35 ha subido el 20%, con una ganancia media del 18%.

Desde la Economía del Bien Común pensamos que aquí tenemos la otra cara de la moneda: quienes más tienen más ganan, ya que el poder de mercado se mantiene y la economía especulativa no tiene legislación que le ponga límites. Podemos decir que este grupo recoge al sector económico privilegiado, el único, junto con la banca, capaz de sacar y aumentar ganancias de la situación económica actual.

Valoraciones finales

Como se desprende del análisis, las debilidades tanto coyunturales como estructurales de nuestra economía producen impactos; entre ellos destacamos que concentran la riqueza, aumentando la desigualdad y la precariedad social. Las próximas elecciones al Parlamento Europeo este mes de junio pueden ser ocasión para pedir cambios urgentes orientados al bien común.

La Economía del Bien Común tiene propuestas a nivel macroeconómico y también a nivel de economía de empresa. Si tomamos las entidades que son más cercanas al ciudadano, empresas y municipios, esta corriente de pensamiento propone que el Balance del Bien común sea un modelo de informe no financiero de aplicación obligatoria. Este balance puntúa la actividad de la empresa y el municipio, y la hace convertirse en transparente, y puede incluso penalizarla con puntuaciones negativas. Logra poner límites al incremento de las desigualdades y aumenta la contribución al bien común. La última modificación de la reglamentación europea sobre información no financiera traslada su aplicación casi general a 2027. ¿Y mientras tanto?